Extracto del «boletín enigmático» de Marco.
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EL ÚLTIMO ARTÍCULO DE ESTOS…
Hace unas semanas les hablé en este boletín acerca de un par de magos judíos cuya trágica muerte en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial la podemos imputar a la inclinación racista de los alemanes durante este periodo de la historia europea del siglo 20. Ahora quiero hablarte de un mago húngaro que vivió la misma suerte, aunque Hungría fue durante esa guerra un país fascista aliado de Alemania y como tal, su ejército participó junto a Alemania en la invasión a la Unión Soviética donde demostraron un salvajismo tal que espantó a los mismo nazis. Sin embargo, parece ser que eran pésimos soldados y fueron aniquilados por el Ejército Rojo. Sin embargo, mientras que Hungría fue aliada de Alemania a los judíos húngaros no le fue tan mal hasta que en 1944, vapuleados por los soviéticos, Hungría intenta negociar la paz con los aliados a espaldas de Alemania. Es entonces que Alemania invade Hungría y entonces las cosas se pusieron muy feas para los judíos en ese país.
Hungría tiene una rica historia en el mundo de la magia y entre sus magos destacados de antes de la Segunda Guerra Mundial se encontraba el Dr. László Rothbart, un médico húngaro nacido en 1897, quien combinó su profesión con una pasión por la magia. Rothbart fue miembro activo de asociaciones de magia en Hungría, e inventó numerosos efectos mágicos originales, especialmente en la cartomagia. Sus creaciones fueron publicadas en revistas especializadas de todo el mundo, y en 1941 lanzó su libro «Deck In Hand: Magic of the Magyar», elogiado por su innovación y accesibilidad para el público general.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Rothbart continuó creando y compartiendo sus trucos a pesar de las dificultades. Sin embargo, su vida dio un giro trágico debido a su origen judío. Tras la ocupación alemana de Hungría en 1944, Rothbart fue deportado, probablemente a Auschwitz, donde sobrevivió en condiciones extremas. Rescatado cuando las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración de Auschwitz el 27 de enero de 1945, Rothbart regresó a Budapest gravemente enfermo de tuberculosis y en la pobreza. La comunidad mágica internacional se movilizó para enviarle ayuda, demostrando la solidaridad entre magos más allá de las fronteras.
A pesar de los esfuerzos por recuperarse, Rothbart nunca logró superar las secuelas físicas y emocionales de la guerra. En agosto de 1947, a los 50 años, decidió quitarse la vida, incapaz de soportar el dolor y las dificultades.
Los tres magos que he mencionado en estos artículos fueron colegas destacados en aquellos días, pero hoy casi nadie los recuerda y esto es lo que me ha movido a escribir estas líneas.
VEAMOS UN TRUCO DEL DOCTOR ROTHBART
Lo vamos a titular…
LA CARTA PENSADA OTRA VEZ
En el número anterior expliqué el truco llamado «La carta pensada». He aquí una linda idea del mago Rothbart que he sacado de su libro «Deck in Hand».
Aquí hay una linda mejora del buen y viejo truco llamado «El truco de la princesa».
EFECTO: De una baraja prestada y bien barajada, el espectador pone cinco cartas cualesquiera, boca abajo sobre un cartón (o bandeja) en el que hay números del 1 al 5. Se le dice que coloque cada carta en un número.
Recuerda que el cartón deberá estar orientado hacia el espectador, o sea que lo que tú ves es lo siguiente:
Mientras el artista se da la vuelta (o puede salir de la habitación), el espectador echa un vistazo a cualquiera de las cinco cartas y la anota. El artista mete las cinco cartas en su bolsillo e inmediatamente saca cuatro de ellas, dejando una en el bolsillo. El espectador coloca las cuatro cartas en el cartón numerado, dejando vacío el número en el que estaba antes su carta pensada. Suponiendo que la carta pensada estaba en la posición 4, ahora el cartón y las cartas se verán así:
El artista saca la carta que dejó en su bolsillo y la coloca en el espacio vacío. El espectador nombra la carta que pensó (vio), la carta que el artista colocó en el cartón se voltea y resulta ser la carta del espectador.
El secreto: Sí, lo has adivinado. De antemano se guardan cuatro cartas en el bolsillo. Las cartas que el espectador coloca en la bandeja se recogen en su rotación adecuada de izquierda a derecha, es decir, la primera se coloca sobre la segunda, ambas sobre la tercera y así sucesivamente, y se meten en el bolsillo, sacando inmediatamente las cuatro cartas indiferentes colocadas de antemano en el bolsillo. Mientras el espectador coloca esas cuatro cartas en fila en la bandeja numerada, ves de inmediato y sin una sola pregunta qué carta eligió, porque este número se le dijo que lo dejara vacío. Así, cuentas inmediatamente en tu bolsillo hasta esta carta, y sacándola del bolsillo, la colocas en el espacio vacío.
La belleza de este truco es, como puedes notar, primero, nunca ves las caras de las cartas seleccionadas libremente; segundo, no tienes que hacer una sola pregunta, sin embargo, tercero, en el 95 por ciento de las veces puedes localizar la carta elegida en tu bolsillo, mientras el espectador está colocando las cuatro cartas en la bandeja, porque casi nunca sucede que elija la última carta. Por lo tanto, puedes localizar la elegida antes de que haya terminado de colocar todas las cartas.
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Verdaderamente que el uso del cartón numerado es una excelente mejora para este truco pues con su uso queda patente para el espectador los puntos en que tiene que poner las cuatro cartas que el mago saca de su bolsillo y también cuál punto tiene que dejar vacío. Puedes improvisarlo con una simple hoja de papel numerada con un bolígrafo